El sistema de escape es una de las partes más esenciales de los vehículos a motor ya que cumple con dos funciones de suma importancia para el buen funcionamiento del vehículo y la seguridad de los ocupantes:
1- Expulsar fuera del coche los gases tóxicos producidos durante la combustión.
2- Reducir el ruido que se produce cuando estos son expulsados.
El principal gas que ayuda a eliminar es el monóxido de carbono, el mismo que es bastante tóxico y cuya acumulación en la cabina puede ocasionar dolores de cabeza, náuseas, desmayos, y en el peor de los casos, la muerte.
Puede ser que a simple vista pensemos que este sistema inicia y termina en el dispositivo de evacuación que vemos al exterior del auto. Sin embargo, en realidad el sistema no solo lo conforma este elemento, sino un grupo de partes que a continuación te detallaremos.
Partes del sistema de escape
El sistema de escape se puede dividir en dos partes: la primera correspondiente al motor y la segunda corresponde al tubo de escape. Además, las partes que lo conforman son las siguientes:
Válvulas de escape.
Múltiple de escape.
Sensores de oxígeno.
Convertidor catalítico.
Silenciador.
Resonador.
Tubo de cola o salida.
Tramos de conducto que unen las partes.
Algunos problemas comunes con el sistema de escape
Expulsión de humos asfixiantes que pueden ingresar al interior de la cabina.
Taponamiento de los conductos de escape o en el silenciador, lo que produce fallas en el encendido y pérdida de potencia del motor.
Rotura de piezas del sistema de escape, produciendo vibraciones del motor.
Catalizador contaminado, o el monolito puede derretirse si se pone en contacto con combustible no quemado.
Corrosión externa producto de la humedad, lo que disminuye la efectividad del sistema.